Título original: Falling in Love with English Boys
Autora: Melissa Jensen
Editorial: Speak
ISBN: 9780142418512
Nº páginas: 293 págs.
Precio: 6,25 €
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Libro único
Sinopsis
Sixteen-year-old Catherine Vernon has been stranded in London for the summer-no friends, no ex-boyfriend Adam the Scum (good riddance!), and absolutely nothing to do but blog about her misery to her friends back home. Desperate for something-anything-to do in London while her (s)mother's off researching boring historical things, Cat starts reading the 1815 diary of Katherine Percival her mom gives her-and finds the similarities between their lives to be oddly close. But where Katherine has the whirls of the society, the parties and the gossip over who is engaged to who, Cat's only got some really excellent English chocolate. Then she meets William Percival-the uber-hot descendant of Katherine-and things start looking up
Opinión personal
Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.
Por las reseñas que había leído en Goodreads creía que esta novela me iba a gustar más de lo que finalmente ha sido. En primer lugar, los libros de protagonistas que viajan a otros países siempre tienen un puntito especial por aquello de descubrir junto al personaje nuevos sitios e ir aprendiendo junto a ellos a estar fuera de su espacio habitual y a hacer del nuevo un lugar agradable. Por otro lado, algunas lectoras lo comparaban con Anna and the French Kiss y, claro, con esa referencia no podía fallar, ¿no? Pues para mí ha fallado: no ha sido lo que esperaba ni mucho menos.
Todo comienza cuando, por circunstancias de la vida, la madre de Cat es una estudiosa de personas famosas para ella y desconocidas para el mundo (según la propia protagonista, no yo), así que recibe el encargo de pasarse el verano en Londres haciendo precisamente eso: investigar los antepasados de los Percival. Así es como llega a las manos de Cat el diario de Katherine, miembro de la familia.
La novela está dividida en dos: una parte está contada en el presente a través del blog de Cat, la protagonista, y la otra nos llega desde el pasado gracias al diario personal de Katherine.
Mientras los capítulos del personaje contemporáneo son llevaderos e incluso frescos, los que corresponden a las vivencias y sentimientos de la jovencita del pasado son insufribles. En primer lugar, el lenguaje de Katherine no puede ser más rebuscado y pedante, entiendo que no es una protagonista moderna pero, incluso partiendo de esa base, me parece enrevesada. Y, en segundo lugar, durante el 80 % de sus escenas me ha dado la sensación de que lo único que hacía era comprar, quejarse, hablar de las cosas que se iba a comprar (o que se había comprado), quejarse un poco más y criticar. Hacia el final sí que me ha enganchado un poco más su historia porque empieza a tener algo más de sustancia. Pero tampoco nada del otro mundo.
Por su parte, Cat es una persona desenfadada, alegre (en general, también tiene sus altibajos, claro está), abierta, amigable y sencilla. No es una protagonista memorable pero he podido tolerarla sin mayor problema (que es más de lo que he podido hacer con Miss K). Hay momentos en los que ha sido sencillísimo empatizar con ella y, en otras ocasiones, no ha conseguido transmitirme lo que pretendía. En ese sentido, creo que en muchos temas de su vida me ha faltado contexto (menciona a su padre, a algunas de sus amigas del instituto y a su exnovio varias veces pero he echado de menos que nos contara un poco más para ayudarnos a ponernos en situación. Eso sí, algo que me ha encantado es su particular forma de escribir en el blog: abundan las referencias culturales sobre la diferencia entre Estados Unidos y Reino Unido, las gracias y los comentarios irónicos/sarcásticos, y la escritura de palabras según se pronuncian en este lado del Atlántico.
Nada más llegar a Londres, conoce a un grupo de chicas de su edad con las enseguida congenia y empieza a quedar y a compartir confidencias. Y, por supuesto, para completar su aventura veraniega, no podía faltar un British gentleman en la vida de Cat. Ay, Will. Pues es mono el chico, pero igual que tiene momentos brillantes en los que es inevitable dejar escapar una sonrisa tonta, tiene escenas en las que me habría muerto de ganas de estrangularlo de frustración e incomprensión. Spoiler Ese rollito de “tengo novia, soy ambiguo, no sé en qué punto estamos, la tengo pero no la tengo, pero sí, pero no” no ha acabado de convencerme. Fin del spoiler
Todo comienza cuando, por circunstancias de la vida, la madre de Cat es una estudiosa de personas famosas para ella y desconocidas para el mundo (según la propia protagonista, no yo), así que recibe el encargo de pasarse el verano en Londres haciendo precisamente eso: investigar los antepasados de los Percival. Así es como llega a las manos de Cat el diario de Katherine, miembro de la familia.
La novela está dividida en dos: una parte está contada en el presente a través del blog de Cat, la protagonista, y la otra nos llega desde el pasado gracias al diario personal de Katherine.
Mientras los capítulos del personaje contemporáneo son llevaderos e incluso frescos, los que corresponden a las vivencias y sentimientos de la jovencita del pasado son insufribles. En primer lugar, el lenguaje de Katherine no puede ser más rebuscado y pedante, entiendo que no es una protagonista moderna pero, incluso partiendo de esa base, me parece enrevesada. Y, en segundo lugar, durante el 80 % de sus escenas me ha dado la sensación de que lo único que hacía era comprar, quejarse, hablar de las cosas que se iba a comprar (o que se había comprado), quejarse un poco más y criticar. Hacia el final sí que me ha enganchado un poco más su historia porque empieza a tener algo más de sustancia. Pero tampoco nada del otro mundo.
Por su parte, Cat es una persona desenfadada, alegre (en general, también tiene sus altibajos, claro está), abierta, amigable y sencilla. No es una protagonista memorable pero he podido tolerarla sin mayor problema (que es más de lo que he podido hacer con Miss K). Hay momentos en los que ha sido sencillísimo empatizar con ella y, en otras ocasiones, no ha conseguido transmitirme lo que pretendía. En ese sentido, creo que en muchos temas de su vida me ha faltado contexto (menciona a su padre, a algunas de sus amigas del instituto y a su exnovio varias veces pero he echado de menos que nos contara un poco más para ayudarnos a ponernos en situación. Eso sí, algo que me ha encantado es su particular forma de escribir en el blog: abundan las referencias culturales sobre la diferencia entre Estados Unidos y Reino Unido, las gracias y los comentarios irónicos/sarcásticos, y la escritura de palabras según se pronuncian en este lado del Atlántico.
Nada más llegar a Londres, conoce a un grupo de chicas de su edad con las enseguida congenia y empieza a quedar y a compartir confidencias. Y, por supuesto, para completar su aventura veraniega, no podía faltar un British gentleman en la vida de Cat. Ay, Will. Pues es mono el chico, pero igual que tiene momentos brillantes en los que es inevitable dejar escapar una sonrisa tonta, tiene escenas en las que me habría muerto de ganas de estrangularlo de frustración e incomprensión. Spoiler Ese rollito de “tengo novia, soy ambiguo, no sé en qué punto estamos, la tengo pero no la tengo, pero sí, pero no” no ha acabado de convencerme. Fin del spoiler
En resumen, en mi opinión, podemos prescindir tranquilamente, y sin ningún cargo de conciencia, del 50 % de esta novela (el diario de Katherine) y cuyo 50 % restante entretiene y distrae pero no destaca. Bastante flojita para ser el género que es y una oportunidad perdida para explotar determinados ingredientes de lo más jugosos.
Valoración personal: