Título: Te esperaré toda mi vida
Autores: Megan Maxwell
Editorial: Éride
ISBN: 9788415160601
Nº páginas: 308
Precio: 11 €
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Sinopsis
¿Qué ocurriría si una mujer de siglo XXI, como tú, viajara en el tiempo al siglo XVII? Averígualo sumergiéndote en las páginas de esta novela de la mano de Montse y sus dos amigas, Julia y Juana; unas españolas afincadas en Londres.
Una rifa, un premio, un viaje, una ciudad: Edimburgo. Tierra de leyendas y escoceses. Allí, en aquel momento, en aquel lugar, ocurrirá algo que cambiará para siempre la vida de la protagonista y sus amigas. ¿Quieres saber qué pasa? ¿Te apetece sonreír y divertirte?
¿Deseas enamorarte? Entonces, no tienes más remedio que abrir el libro y ponerte cómoda. ¡Disfrútalo!
Opinión personal
Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.
Empecé esta novela con muchas ganas porque hace poco leí otra novela de la autora (cuya reseña tengo pendiente de publicar, ejem ejem) y ¡me encantó su estilo fresco! Así que en cuanto me llegó me puse con ella. Y si bien finalmente he encontrado tanto aspectos positivos como negativos, el resultado final me ha gustado bastante.
En primer lugar, es la primera novela que leo de viajes en el tiempo de estas características (había leído algunos fan fics, pero nunca un libro publicado) por lo que el tema me ha parece estupendo y de lo más original. La idea me ha gustado desde siempre y verla plasmada en el papel por una autora como Megan es toda una oportunidad de recrearse.
Todo comienza cuando Montse y sus dos amigas, Juana y Julia, están en una fiesta medieval y se encuentran con Érika La Escocesa, una bruja que Montse ha conocido desde siempre. La mujer les concede tres deseos, Montse se aventura a pedir dos, pero antes de pedir el tercero se han visto arrastradas hasta el siglo XVII. Las tres amigas tendrán que aprender a adaptarse en un nuevo mundo en el que todo les parece extraño.
Tanto Montse, la protagonista, como sus dos amigas me han gustado bastante, me he reído un montón con sus ocurrencias, me ha enamorado su sencillez, su naturalidad y su cercanía. Su impulsividad y su buen corazón son rasgos distintivos de las tres que hace de ellas personajes fácilmente queribles. Sin embargo, (y esto también lo aplico al resto de los personajes), a veces me han parecido demasiado extremas: caían en demasiados tópicos. Algunos me han gustado porque siempre emociona leer determinadas cosas, pero otros me han cansado porque eran demasiado típicos.
La historia y su planteamiento me han atrapado porque la narración es fluida y continuamente están pasando cosas. Además, la autora nos muestra algunos detalles de la época, sin embargo, en este aspecto, me habría gustado más realismo, datos más precisos y más abundantes para hacer de la ambientación (el lugar, los edificios, las estancias) más completas y cercanas al lector. Y por extensión, también aplico esto a las escenas, sobre todo durante un poco más de la primera mitad del libro. Megan nos ofrece muchas escenas con diversos personajes pero, en concreto, de la relación entre Montse y Declan, no me ha parecido que se haya explayado suficiente. Es decir, leemos mucho sobre sus sentimientos pero tenía la sensación de estar recibiendo más sus emociones a través de conversaciones con otros personajes que por escenas reales entre ambos. Me pareció que del odio al amor hubo un paso (nunca mejor dicho), que de repente algo hizo clic en los personajes y todo cambió en su relación. Pero no creo que esté suficientemente bien narrado y con la extensión o insistencia necesarias. Sus escenas me han parecido precipitadas: me habría gustado que la autora nos diera más detalles y pudiéramos ver más de la tensión entre ambos. Sin embargo, hacia el final, quizá porque lo suyo ya está más asentado, sí vamos leyendo más momentos interesantes entre los dos.
En primer lugar, es la primera novela que leo de viajes en el tiempo de estas características (había leído algunos fan fics, pero nunca un libro publicado) por lo que el tema me ha parece estupendo y de lo más original. La idea me ha gustado desde siempre y verla plasmada en el papel por una autora como Megan es toda una oportunidad de recrearse.
Todo comienza cuando Montse y sus dos amigas, Juana y Julia, están en una fiesta medieval y se encuentran con Érika La Escocesa, una bruja que Montse ha conocido desde siempre. La mujer les concede tres deseos, Montse se aventura a pedir dos, pero antes de pedir el tercero se han visto arrastradas hasta el siglo XVII. Las tres amigas tendrán que aprender a adaptarse en un nuevo mundo en el que todo les parece extraño.
Tanto Montse, la protagonista, como sus dos amigas me han gustado bastante, me he reído un montón con sus ocurrencias, me ha enamorado su sencillez, su naturalidad y su cercanía. Su impulsividad y su buen corazón son rasgos distintivos de las tres que hace de ellas personajes fácilmente queribles. Sin embargo, (y esto también lo aplico al resto de los personajes), a veces me han parecido demasiado extremas: caían en demasiados tópicos. Algunos me han gustado porque siempre emociona leer determinadas cosas, pero otros me han cansado porque eran demasiado típicos.
La historia y su planteamiento me han atrapado porque la narración es fluida y continuamente están pasando cosas. Además, la autora nos muestra algunos detalles de la época, sin embargo, en este aspecto, me habría gustado más realismo, datos más precisos y más abundantes para hacer de la ambientación (el lugar, los edificios, las estancias) más completas y cercanas al lector. Y por extensión, también aplico esto a las escenas, sobre todo durante un poco más de la primera mitad del libro. Megan nos ofrece muchas escenas con diversos personajes pero, en concreto, de la relación entre Montse y Declan, no me ha parecido que se haya explayado suficiente. Es decir, leemos mucho sobre sus sentimientos pero tenía la sensación de estar recibiendo más sus emociones a través de conversaciones con otros personajes que por escenas reales entre ambos. Me pareció que del odio al amor hubo un paso (nunca mejor dicho), que de repente algo hizo clic en los personajes y todo cambió en su relación. Pero no creo que esté suficientemente bien narrado y con la extensión o insistencia necesarias. Sus escenas me han parecido precipitadas: me habría gustado que la autora nos diera más detalles y pudiéramos ver más de la tensión entre ambos. Sin embargo, hacia el final, quizá porque lo suyo ya está más asentado, sí vamos leyendo más momentos interesantes entre los dos.
El estilo de Megan Maxwell me enamora. Es cercano, sencillo, fresco. Las cosas son como son y la autora las cuenta con naturalidad y simpatía. Alterna la narración con bastante diálogo y eso hace de la novela una obra muy fluida y rápida de leer. Como ya he dicho, con algunas de las conversaciones entre las tres protagonistas, fundamentalmente aunque también entre otros personajes, me he partido de risa porque es un no parar de soltar extravagancias. Muy, muy peculiar y muy, muy positivo este aspecto.