Título: Las estrellas se pueden contar
Título original: Ma le stelle quante sono
Autor: Giulia Carcasi
Editorial: Planeta
ISBN: 9788408104889
Nº páginas: 250 pags
Precio: 17.50 €
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Autora
Giulia Carcasi vive en Roma. Las estrellas se pueden contar, su primera novela, se publicó en Italia en 2005 y cosechó un gran éxito de ventas y de crítica. También es autora de las novelas Io sono di legno (2007) y Tutto torna (2010).
Fuente: planetadelibros.com
Sinopsis
Alice va al último curso en el instituto. Sólo le quedan unos exámenes y podrá presentarse a la selectividad. Mientras, a su alrededor ocurren cosas nuevas, excitantes y desconocidas: el primer amor, la primera vez… Es difícil ser adulto y aprender a ser uno mismo… Además, en su casa las cosas no van muy bien, su padre viaja constantemente por motivos de trabajo, aunque Alice sospecha que hay algo más. El mundo de los adultos es un caos y el suyo también, y encima no parece haber nadie que la ayude a contar las estrellas.
Carlo es de los que se sienta siempre en la última fila, pero no por estar con los más cool sino porque se siente diferente a todos los demás, tiene la impresión de que no encaja en ningún sitio…Es tímido, un poco desastre y se esconde tras un par de gafas que le hacen parecer distraído y empollón. Y siempre, siempre llega tarde… Está harto de todo, así que tampoco se inventa excusas. Aunque las cosas irían mejor si alguien como Alice se enamorara de él. Pero eso es imposible... O al menos eso parece...
Opinión personal
Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.
La portada (tengo que decir que me ha parecido de lo más original, cuidada y bonita) y el título de Las estrellas se pueden contar ya anunciaban una bonita historia de amor a la italiana. Y puedo decir, muy satisfecha, que así ha sido. Su historia recuerda a los relatos juveniles de autores ya de sobra conocidos como Federico Moccia y Francesco Gungui. Espero que Giulia Carcasi se haga también un hueco entre ellos y las editoriales se animen a traducir más novelas suyas.
—Ya, de pequeña pensaba: cuando encuentre el amor lo podré hacer todo, incluso contar las estrellas.
—¿Y ahora?
—Ahora pienso que hay demasiadas estrellas.
El libro está dividido en dos partes: el relato de una misma historia de amor y desamor a través de los ojos de los dos protagonistas. La primera está contada por Alice. Es una chica normal de 18 años, abriéndose a la vida, a la que le gustan las mismas cosas que a las demás, que tiene problemas familiares y que está descubriendo lo que es estar desenamorada.
Carlo pasa de ser un cero a la izquierda a ser el chico más popular y salir con la chica más conocida del insituto. Sin duda, la adolescencia es una época de cambios y rebeldía pero, ¿qué le está pasando por la cabeza a Carlo?
Lo malo de los corazones rotos es esto: no puedes echarles agua oxigenada por encima y soplar mientras las burbujitas caminan por la herida; solo puedes guardarte los pedazos.
Y no hay operaciones ni medicinas que los puedan curar; te tienes que quedar con tu corazón así, roto.
Carlo pasa de ser un cero a la izquierda a ser el chico más popular y salir con la chica más conocida del insituto. Sin duda, la adolescencia es una época de cambios y rebeldía pero, ¿qué le está pasando por la cabeza a Carlo?
La parte de Alice es mas extensa, todo está contado con más detalle y haciendo especial hincapié en los pensamientos y sentimientos de la protagonista. Sin embargo, la parte de Carlo está contada con más desenfado, más agilidad y sin repetir lo que ya ha explicado Alice, por lo que no se hace en absoluto pesado. Al contrario, es súper ágil: con sus trescientas y pico páginas, me lo leí casi en una noche. Me ha gustado ver las dos narraciones de los hechos, pero sobre todo esta segunda parte porque estamos muy acostumbrados a leer novelas en las que el personaje principal es una chica y es un soplo de aire fresco conocer la versión masculina, para variar.
Sabes, de vez en cuando me asalta la duda: ¿vale la pena amar si corres el riesgo de estar peor?
Ahora me parece que no.
Ahora me parece que todas esas sonrisas a medias no son suficientes.
Es una historia de primeras veces y de primeros sentimientos. Las palabras de la autora te hacen sentir la euforia de volver a tener 17 años, con el mundo a tus pies, dispuesta a devorarlo a bocados y a apurar hasta la última gota de cada experiencia que la vida te presente. Es una vuelta a la ingenuidad de aquella edad, a la emoción desbordante frente a lo desconocido, a la ilusión por las primeras veces, a la imprudencia y al miedo ante el rechazo.
—Sí, ya lo veo, pero quiero decir que aunque ahora te escueza, ya verás que dentro de poco desaparecerá. Ahora llegas a casa y te lo aclaras con agua, y ya verás cómo se te pasa. Todo se acaba pasando...—¿Incluso el amor se acaba pasando, papá? ¿El amor también?
Quiero destacar la particular prosa de la que hace gala la autora. Me ha llamado poderosamente la atención la peculiaridad de sus letras. Es sencilla en las descripciones de situaciones y sentimientos, pero tiene un don para ilustrar con metáforas increíblemente originales que decoran con elegancia la novela. Su estilo es sin duda original y llamativo. Además, tiene frases verdaderamente preciosas. Aquí he recogido unas cuantas, pero me dejo muchísimas más en el tintero.
¡Mira a tu alrededor!
Ese alguien no está tan lejos de ti.
Es la otra mitad del libro.
No pierdas el tiempo escribiendo más páginas...
¡Búscalo!
El resto lo escribiréis juntos.
Porque no hay nada más perfecto que dos historias que se entrelazan.
Valoración personal: