Autor: Kerstin Gier
Editorial: Montena
ISBN: 9788484417538
Nº páginas: 480 págs.
Precio: 17,95 €
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Saga El amor más allá del tiempo
1. Rubí
2. Zafiro
3. Esmeralda
Sinopsis
Gwen está destrozada.
Acaba de descubrir que todas las atenciones de Gideon eran solo una estratagema para distraer al oscuro conde de Saint Germain y cumplir él solo la misión. Pero la jugada no le ha salido bien y ahora se encuentra en manos de un nuevo enemigo: una Sociedad Secreta infiltrada en casa de los De Villiers dispuesta a acabar con los viajeros en el tiempo. ¿Qué debería hacer ahora Gwen? ¿Rescatar a Gideon y luchar juntos por cerrar el Círculo? ¿O olvidarse de todo y volver a su vida del siglo XXI?
Opinión personal
Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.
Esmeralda ha sido uno de los libros que más he deseado este año y uno de los que más he temido. Por cómo terminó Zafiro (Gwen con el corazón roto y yo también), me moría de ganas por leer la tercera y última parte para ver ¡qué había pasado con Gideon! Pero también temía que no me gustara y destrozara así mi gusto por esta trilogía. También temía que me entristeciera demasiado terminarla. Lo primero no se ha cumplido y lo segundos sí. La historia comienza justo donde acabó la anterior y podemos empezar a desentrañar los misterios de algunos personajes y sacar a la luz sus verdaderas motivaciones o intenciones. Los engaños rodean a los personajes envolviéndolos en una espiral de mentiras en la que es difícil distinguir qué es verdad y qué no, incluso es complicado saber en quién se puede confiar realmente.
Si en los libros anteriores ya hablé de las bondades de Gwen como protagonista femenina, en Esmeralda es G R A N D I O S A. Sin duda, es mi personaje femenino favorito de la literatura juvenil. Esta muchacha me hizo reír y llorar en el mismo párrafo. Es sencilla, agradable, graciosa, valiente, sensible, especial, fuerte y sensata, todo aderezado con una buena dosis de excentricidad y sarcasmo. Es absolutamente querible en todas sus facetas y no hay nada que cambiaría de ella.
Gideon me ha hecho sufrir MUCHO en esta entrega. A veces era un dolor con regusto a miel y otras veces era verdadera hiel. ¿Cómo puede ser así de distante y altanero algunas veces? Una nunca sabe muy bien a qué atenerse con este chico pues el halo de misterio que le envuelve es tan grande que es difícil saber qué siente o qué quiere en realidad. ¡Su bipolaridad es desesperante! Es un gran personaje al que adoro por sus muchas bondades y algunos de sus tiernos gestos, sin embargo, Gwen es insuperable. Y no es que Gwen opaque a Gideon por completo, pero en este caso, y a pesar de las muuuuchas cualidades de este, la protagonista femenina supera al masculino y brilla con luz propia.
La relación entre ambos es una auténtica delicia. Lejos del empalago, estos dos mantienen un tenso tira y afloja dialéctico y sentimental que siempre me dejaba con ganas de más. Por supuesto que la autora nos ofrece momentos en los que los suspiros se nos escapan uno tras otro pero la tensión es la reina del baile en Esmeralda.
Los personajes secundarios son igualmente adorables a pesar de ser menos importantes en cuanto a la trama. Por supuesto, Xemerius es el mejor de todos. ¡Cuántas carcajadas se me han escapado en medio del tren mientras leía algunos de los diálogos y de las ocurrencias de este daimon travieso! Y cuando su interlocutor es Gwen, el asunto ya es hilarante.
En cuanto al argumento, concentra mucha acción que sucede en pocos días. Está lleno de viajes en el tiempo (a veces las referencias temporales se me hicieron un poco confusas), peligros, misterios, gente siniestra, momentos dulces y momentos críticos, revelaciones sorprendentes. Una novela con mucha acción envuelta en una narración fresca y adictiva con diálogos a rebosar de sarcasmo y frases clave.
Es cierto, que el principio es más pausado y el final se precipita un pelín. Es uno de los aspectos mínimamente negativos que le encuentro a la novela: me hubiera encantado que hubiera desarrollado el desenlace un poco más. Quizá porque me hubiera encantado tener más páginas para leer, quizá porque después de muchas hojas de secretos y averiguaciones todo se desarrolla de una forma demasiado sencilla. El otro aspecto que no me ha gustado demasiado es la resolución de algunos detalles. Es demasiado precipitado, casual e inconsistente. En concreto, uno que concierne directamente a Gwen que me dejó con cara de tonta diciendo: "no puede ser que la autora le dé carpetazo al asunto con esta explicación". Pues sí fue así. No me gustó, pero el resto de las virtudes de Esmeralda pesan mucho más como para hacerme olvidar estos detallitos.
Tengo que reconocer que me quedé un poco triste cuando cerré la novela porque me di cuenta de que ya no leería nuevas aventuras en el tiempo de Gideon y Gwen. Es de esas historias de las que te da pena separarte porque son tan buenas que les has cogido cariño. Sin embargo, me consuela saber que siempre ocuparán una posición privilegiada en mi estantería y que ya tengo pensado releermelos más de una vez.
Si en los libros anteriores ya hablé de las bondades de Gwen como protagonista femenina, en Esmeralda es G R A N D I O S A. Sin duda, es mi personaje femenino favorito de la literatura juvenil. Esta muchacha me hizo reír y llorar en el mismo párrafo. Es sencilla, agradable, graciosa, valiente, sensible, especial, fuerte y sensata, todo aderezado con una buena dosis de excentricidad y sarcasmo. Es absolutamente querible en todas sus facetas y no hay nada que cambiaría de ella.
Gideon me ha hecho sufrir MUCHO en esta entrega. A veces era un dolor con regusto a miel y otras veces era verdadera hiel. ¿Cómo puede ser así de distante y altanero algunas veces? Una nunca sabe muy bien a qué atenerse con este chico pues el halo de misterio que le envuelve es tan grande que es difícil saber qué siente o qué quiere en realidad. ¡Su bipolaridad es desesperante! Es un gran personaje al que adoro por sus muchas bondades y algunos de sus tiernos gestos, sin embargo, Gwen es insuperable. Y no es que Gwen opaque a Gideon por completo, pero en este caso, y a pesar de las muuuuchas cualidades de este, la protagonista femenina supera al masculino y brilla con luz propia.
La relación entre ambos es una auténtica delicia. Lejos del empalago, estos dos mantienen un tenso tira y afloja dialéctico y sentimental que siempre me dejaba con ganas de más. Por supuesto que la autora nos ofrece momentos en los que los suspiros se nos escapan uno tras otro pero la tensión es la reina del baile en Esmeralda.
Los personajes secundarios son igualmente adorables a pesar de ser menos importantes en cuanto a la trama. Por supuesto, Xemerius es el mejor de todos. ¡Cuántas carcajadas se me han escapado en medio del tren mientras leía algunos de los diálogos y de las ocurrencias de este daimon travieso! Y cuando su interlocutor es Gwen, el asunto ya es hilarante.
En cuanto al argumento, concentra mucha acción que sucede en pocos días. Está lleno de viajes en el tiempo (a veces las referencias temporales se me hicieron un poco confusas), peligros, misterios, gente siniestra, momentos dulces y momentos críticos, revelaciones sorprendentes. Una novela con mucha acción envuelta en una narración fresca y adictiva con diálogos a rebosar de sarcasmo y frases clave.
Es cierto, que el principio es más pausado y el final se precipita un pelín. Es uno de los aspectos mínimamente negativos que le encuentro a la novela: me hubiera encantado que hubiera desarrollado el desenlace un poco más. Quizá porque me hubiera encantado tener más páginas para leer, quizá porque después de muchas hojas de secretos y averiguaciones todo se desarrolla de una forma demasiado sencilla. El otro aspecto que no me ha gustado demasiado es la resolución de algunos detalles. Es demasiado precipitado, casual e inconsistente. En concreto, uno que concierne directamente a Gwen que me dejó con cara de tonta diciendo: "no puede ser que la autora le dé carpetazo al asunto con esta explicación". Pues sí fue así. No me gustó, pero el resto de las virtudes de Esmeralda pesan mucho más como para hacerme olvidar estos detallitos.
Tengo que reconocer que me quedé un poco triste cuando cerré la novela porque me di cuenta de que ya no leería nuevas aventuras en el tiempo de Gideon y Gwen. Es de esas historias de las que te da pena separarte porque son tan buenas que les has cogido cariño. Sin embargo, me consuela saber que siempre ocuparán una posición privilegiada en mi estantería y que ya tengo pensado releermelos más de una vez.
Valoración personal