Título original: Crewel
Autor: Gennifer Albin
Editorial: Alfaguara
ISBN: 9788420403878
Nº páginas: 432 págs.
Precio: 17,95 €
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Saga Crewel
1. Las tejedoras de destinos
2. Altered
Sinopsis
Inútil. Torpe. Las demás chicas lo susurran a sus espaldas. Pero la joven de dieciséis años Adelice Lewys tiene un secreto: sus errores son intencionados.
Dotada de una habilidad fuera de lo común para tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es lo máximo a lo que una joven puede aspirar. Ser hilandera significa privilegios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absolutamente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Así que está decidida a fallar en las pruebas para ser hilandera, pero en su último examen sus dedos resbalan, el telar reacciona a su don… y la Corporación la identifica. A partir de ese momento, Adelice dejará de tener control sobre su vida y pasará a convertirse en un instrumento más de la omnipresente Corporación. Sin embargo, una vez dentro, el poder de Adelice irá creciendo mientras aprende a manejar su don y a decidir en quién confiar, a quién vigilar… y a quién amar.
Opinión personal
Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.
Cuando Babel me habló de Las tejedoras de destinos, la portada y el título me picaron la curiosidad pero, desde luego, creía que iba a encontrar entre sus páginas una historia más sencilla y ligera de lo que ha resultado ser al final. Cuando cayó esta novela en mis manos no esperaba encontrar un complejo mundo distópico, bien elaborado y, en su mayor parte, coherente. Si bien me ha gustado bastante cómo está construido Arras y las bases que sienta la autora respecto al don de las hilanderas, no puedo dejar de reconocer que hay algunos aspectos que no se explican muy bien o que no están del todo definidos.
El universo que ha creado Gennifer Albin es un mundo en el que aparentemente todos sus habitantes son completamente felices, tienen sus necesidades cubiertas de forma eficiente y no hay carencias ni deseos insatisfechos. Sin embargo, no todo es lo que parece y bajo este manto de perfección existe toda una realidad de infelicidad e injusticias. En este sentido, me ha recordado un poco al comienzo de Juntos {reseña}, aunque me he alegrado al ir descubriendo que me estaba aportando infinitamente más que la novela de Ally Condie.
En primer lugar, me gustaría destacar la originalidad de la autora a la hora de plantear la idea principal de la novela y su buen hacer a la hora de llevarla a cabo. Vamos descubriendo la sociedad poco a poco, capa a capa, de una forma compleja pero maravillosamente escrita. Para llegar a comprender el proceso mediante el que se teje la realidad, hay que prestar mucha atención a los detalles para no quedarse sin las respuestas a las cuestiones que la autora va abriendo al principio de Las tejedoras de destinos.
Me ha sorprendido mucho que Adelice me haya llegado a caer tan bien. No es en absoluto la protagonista fuerte y decidida que me suele gustar; en realidad, es más bien frágil al comienzo, aunque poco a poco vamos viendo una evolución en su carácter, para mejor, claro está. Ese desarrollo del personaje se hace de forma creíble, progresiva y bien estructurada, como sucede con la personalidad y los sentimientos en el mundo real. Eso hace de ella una protagonista muy humana y cercana. Eso sí, en algunas ocasiones me ha puesto un poco nerviosa porque ahora que ha cruzado la raya de la fortaleza, a veces pierde la perspectiva de lo que significa la valentía y lo que significa la temeridad.
En resumen, es un comienzo de saga bastante aceptable y original aunque espero que la autora rellene algunos huecos del argumento en los próximos ejemplares.
El universo que ha creado Gennifer Albin es un mundo en el que aparentemente todos sus habitantes son completamente felices, tienen sus necesidades cubiertas de forma eficiente y no hay carencias ni deseos insatisfechos. Sin embargo, no todo es lo que parece y bajo este manto de perfección existe toda una realidad de infelicidad e injusticias. En este sentido, me ha recordado un poco al comienzo de Juntos {reseña}, aunque me he alegrado al ir descubriendo que me estaba aportando infinitamente más que la novela de Ally Condie.
En primer lugar, me gustaría destacar la originalidad de la autora a la hora de plantear la idea principal de la novela y su buen hacer a la hora de llevarla a cabo. Vamos descubriendo la sociedad poco a poco, capa a capa, de una forma compleja pero maravillosamente escrita. Para llegar a comprender el proceso mediante el que se teje la realidad, hay que prestar mucha atención a los detalles para no quedarse sin las respuestas a las cuestiones que la autora va abriendo al principio de Las tejedoras de destinos.
Me ha sorprendido mucho que Adelice me haya llegado a caer tan bien. No es en absoluto la protagonista fuerte y decidida que me suele gustar; en realidad, es más bien frágil al comienzo, aunque poco a poco vamos viendo una evolución en su carácter, para mejor, claro está. Ese desarrollo del personaje se hace de forma creíble, progresiva y bien estructurada, como sucede con la personalidad y los sentimientos en el mundo real. Eso hace de ella una protagonista muy humana y cercana. Eso sí, en algunas ocasiones me ha puesto un poco nerviosa porque ahora que ha cruzado la raya de la fortaleza, a veces pierde la perspectiva de lo que significa la valentía y lo que significa la temeridad.
En resumen, es un comienzo de saga bastante aceptable y original aunque espero que la autora rellene algunos huecos del argumento en los próximos ejemplares.
Valoración personal: