Reseña Predestinados, Josephine Angelini

Título: Predestinados 
Título original: Starcrossed
Autor: Josephine Angelini
Editorial: Roca Editorial
ISBN: 9788499182353
Nº páginas: 400 pags
Precio: 17.00 €
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Saga El despertar
1. Predestinados
2. Malditos
3. Diosa

Sinopsis

Helena Hamilton se ha pasado sus 16 años de vida intentando esconder lo diferente que es, una tarea nada fácil en una isla tan pequeña como Nantucket y que se está volviendo cada vez más difícil. Las pesadillas sobre una travesía en el desierto hacen que se levante agotada y con sus sábanas manchadas de tierra. En la escuela, tiene alucinaciones de tres mujeres que lloran lágrimas de sangre; y lo último cuando se cruza con Lucas Delos por los pasillos del instituto, no puede reprimir un impulso asesino que la lleva a atacar al nuevo -y guapísimo- chico.

Claro, que lo que ninguno de los dos saben es que están destinados a enfrentarse y convertirse en los últimos protagonistas de una historia que no ha cesado de repetirse durante milenios.

Opinión personal

Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.

Tengo que admitir que ya partía con muy buena predisposición para empezar a leer este libro porque me encanta la mitología griega y el libro ha mantenido las expectativas que tenía y las ha superado con creces. Es uno de los libros que más me han gustado en los últimos meses.

Es una historia de un amor imposible, condenado por el destino y las furias desde «el albor de los tiempos»: los amantes están destinados a destruir imperios por amarse, como ya pasara en su momento con Paris y Helena de Troya. En el amor se entrelazan la familia, el destino, el deber y el honor. ¿Será más fuerte la pasión? ¿Sucumbirán a sus deseos a costa de las vidas de los demás? ¿Vencerá el destino? ¿ Acaso el destino está escrito y están condenados a repetirlo? Amores predestinados, intrigas, luchas y odios milenarios entre castas, seres mitológicos cegados por sus instintos y lazos familiares complicados se entrelazan para dar una historia que no da un respiro al lector. Es apasionante como la autora te va metiendo en la historia sin darte cuenta y llega un momento en el que no quieres salir de entre las páginas de la novela. El argumento te atrapa y te mueres por saber más.

La protagonista, Helena Hamilton, es una joven que está en el instituto, entrena y estudia duro para conseguir una beca para la universidad y siempre se ha sentido un poco fuera de lugar. Al ser el personaje femenino principal de una historia así es fácil caer en los tópicos y las descripciones exageradas, mostrando a la protagonista como alguien repelente, pero creo que la autora ha hecho un excelente trabajo perfilando el personaje, mostrándonos a alguien muy fácil de querer e identificarnos con ella. El protagonista masculino, Lucas, es valiente, dulce y divertido. Desde el primer momento me encantó la relación de ambos y eso que al principio se llevaban a matar, literalmente. Había momentos en que no podía reprimir una sonrisilla tontorrona mientras leía ciertas conversaciones, entre sarcásticas y pícaras. Su amor es un continuo tira y afloja que mantiene al lector en vilo continuamente, deseando seguir leyendo para descubrir cuál será la próxima reacción de los personajes. Es una relación tensa, condenada y prohibida pero a la vez dulce y apasionada: una historia deliciosa que te deja suspirando. A veces es amor, a veces es odio. Es apasionante y doloroso leer cómo luchan contra sus sentimientos, especialmente Lucas. Se mueren por estar juntos pero su sentido del deber y del honor se lo impide. Las continuas trabas del destino ponen a prueba la fortaleza y resistencia de los amantes. «¿Qué estaríamos dispuestos a sacrificar por amor?», es la pregunta que flotaba en mi cabeza continuamente mientras leía la novela. La autora es capaz de hacernos sentir la misma angustia que sienten los personajes al tenerse tan cerca y no poder tocarse.

La familia Delos,  me fascina en su conjunto. La relación que tienen entre ellos y las emociones tan fuertes que destilan por ser quiénes son. Se enfrentan y se quieren, bromean de cosas cotidianas mientras hacen proezas sobrenaturales. Al leer sobre ellos, saboreas el ambiente familiar que se respira entre sus miembros. Y de entre ellos, mi favorito sin duda es Héctor, uno de los primos de Lucas. Se le presenta como un chico obstinado, bravucón y con demasiado gusto por las peleas y las mujeres. Adoro ese sarcasmo y sus reacciones sencillas, instintivas. Es un guerrero en todos los aspectos de su vida. Además, según va desarrollándose el argumento, la autora nos muestra otros rasgos del personaje que hacen que resulte aún más interesante. La historia de Cassandra, la hermana de Lucas, también me conmovió profundamente, espero que en la continuación se sepa más sobre ella.

El ritmo de lectura es ágil y entretenido, las descripciones son adecuadas. La trama va complicándose exponencialmente a medida que avanza la obra y hace casi imposible dejar el libro a un lado. Los sucesos van avanzando vertiginosamente hasta llegar al momento de las revelaciones finales, que me han dejado con muchas más dudas sobre el carácter de los personajes y sobre qué es verdad y qué es mentira., en quién se puede confiar y en quién no.  Y me deja muchas más ganas de continuar la saga después de ese final a medio que me ha sabido a tragedia y a esperanza, y con la sensación de que los siguientes libros, prometen. Como ya he dicho, es una de las novelas que más me han cautivado últimamente.

Valoración personal:

Citas

Mirarse a los ojos fue un despertar. Por primera vez en su vida, Helena sintió en sus propias carnes un odio puro, envenenado.

—¿Qué importa lo que sintamos? —murmuró—. No podemos estar juntos, o la guerra volvería a estallar. Nuestros deseos no harán cambiar las cosas.

—Y a volar —añadió Helena deshaciéndose de su estado somnoliento y lánguido—. Todavía tienes que enseñarme cómo mantenerme en el aire. Así podré escaparme volando cuando los tipos malos vengan a por mí.

—Te enseñaré a volar —aceptó en voz baja sin apartar la vista del suelo.

Mientras escudriñaba el paisaje en busca del río, la joven observó la arquitectura en ruinas y leyó algunas inscripciones. Gracus ama a Lucinda. Ethan ama a Sarah. Michael ama a Erin. Durante lo que a Helena le parecieron días, la muchacha acarició con los dedos los nombres esculpidos de amores perdidos, serpenteando entre los pilares caídos de promesas incumplidas y quitándole el polvo a las lápidas del cementerio del amor. Cada muerte merecía un lugar de descanso en ese páramo.

—Nunca digas nunca —repuso enseguida Lucas. De inmediato se acomodó sobre ella, utilizando su pesado cuerpo para inmovilizarla en su cama de niña pequeña—. A los dioses les encanta juguetear con las personas que utilizan absolutos.