Reseña La canción de los maoríes, Sarah Lark

Título: La canción de los maoríes

Saga: En el país de la nube blanca #2
Autora: Sarah Lark
Editorial: Ediciones B
ISBN: 9788466650472
Nº páginas: 704 pags
Precio: 21.50€
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Sinopsis

Llega la novela más esperada, por la autora de En el país de la nube blanca, que ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo. En La canción de los maoríes, las primas Elaine y Kura se debatirán entre las raíces inglesas y la llamada del pueblo maorí para forjar su propio destino. Entretanto, vivirán los vaivenes de una tierra comparada con el paraíso a la que llegan misteriosos desconocidos decididos a quedarse

Opinión personal

Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.

Sarah Lark ha vuelto a cautivarme con su narración sobre el exotismo de Nueva Zelanda. Sin embargo, quizá porque sigue el mismo patrón que con la novela anterior, me ha gustado un poquito menos que En el país de la nube blanca. De todas formas, tiene sus propios matices una vez que nos adentramos en la historia.

Empezaré por describir a los personajes.

Elaine O'Keefe: Hija de Fleurette Mckenzie (hija de Gwyneira Warden y James Mckenzie) y Ruben O’keefe (hijo de Howard O’keefe y Helen Davenport). Es una joven resuelta y con carácter, como su abuela y su madre, pero a su vez muy sensible y enamoradiza. Le gusta vivir en el campo, montar a caballo, cuidar ovejas con su perra y ayudar a sus padres en los negocios que tienen en Queenstown. Aunque también tiene una buena educación a la que a contribuido con mucho esmero su abuela Helen.
Cuando tenía 16 años sufre un gran desengaño amoroso. Se enamora de William Martyn y este de Elaine, hasta que William conoce a la prima de Elaine, Kura-maro-tini Warden, prima de Elaine. William queda perdidamente enamorado de Kura y abandona a Elaine.

Kura-Maro-Tini Warden: Es hija de Paul Warden y Marama (una mujer maorí). Es una joven de una belleza extraordinaria y no solo eso, sino que canta como los ángeles y enamora a todos aquellos que la oyen. Tiene una educación muy cuidada, como Elaine, impartida también por Helen, pero a diferencia de Elaine que es blanca, Kura es medio maorí. Recibió también la educación maorí. El idioma, la educación musical y la falta de prejuicios y la sensualidad (sexualidad) propias de esta cultura. Es una mujer absolutamente egocéntrica a la que no le importa nadie. A Kura solo le interesa la música y la canción. Triunfar en los escenarios de Inglaterra y Francia es su objetivo en la vida, aunque va a sufrir una serie de reveses que se lo van a poner complicado. Principalmente por hacer caso y unirse a personas que no le conviene.

Timothy Lambert: Hijo de Marvin Lambert, propietario de una mina de carbón en Greymouth. Se enamora de Elaine y trata de enamorarla, cosa que no le va a resultar fácil, ya que Elaine esta muy asustada y reacia a cualquier relación después de la experiencia que ha tenido con Thomas Sideblossom.
Es ingeniero de minas y lucha por mejorar las instalaciones de la mina de su padre, así como mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores.

William Martyn: Conoce a Elaine O’keefe en la recepción del hotel de su abuela Helen. Empieza a cortejarla como buen don Juan, hasta que consigue enamorarla. Empiezan a tener una relación de noviazgo prometedora hasta que llega a Greymouth Kura-maro-tini. William la conoce y cae rendido a su belleza y a su sensualidad.

Thomas Sideblossom: Primer marido de Elaine. La embauca después de encontrársela dolida por la ruptura con William Martyn. Se casa con ella y desde el mismo momento que la lleva a vivir a la explotación de ovejas de su padre, John Sideblossom, le muestra realmente cómo es. Un hombre cruel, celoso y maltratador que parece cumplir la venganza que su padre no se pudo tomar de Fleurette, la madre de Elaine.


Igual que en el primer libro de esta trilogía, En el país de la nube blanca, esta novela nos cuenta la historia de dos mujeres. Una es Eleaine O’keefe y la otra es Kura-maro-tini Warden. La gran diferencia con el primer libro de esta trilogía es que esta novela es más una novela romántica o para hacer un símil audiovisual, una telenovela y la primera sería más una novela de aventuras o su símil audiosvisual, una película del oeste, en el sentido de la explotación de ranchos y las condiciones tan duras en las que se vivía y también las nuevas colonizaciones. Es una novela más de sentimientos, de experiencias y emociones.

Esta novela nos relata la vida amorosa de dos jóvenes totalmente opuestas en carácter, gustos y deseos vitales. Me ha parecido, como ya he dicho, una novela romántica sin llegar a aquellas que narran amores tormentosos y tórridos, algo más suave, mezclada con una novela del tipo del oeste pero encuadrada en Nueva Zelanda.

Es una novela ligera de leer, a pesar de su volumen. Mantiene la tensión narrativa en la lucha que mantienen las mujeres para poder cumplir sus objetivos vitales contra un poder casi absoluto de los hombres y que cuando estos lo ejercen mal resulta totalmente asfixiante e incluso puede llegar a ser mortal.

Esta novela, a diferencia de la primera, no tiene erratas y me ha parecido que la traducción es mejor. En la anterior, algunas frases no tenían sentido o se entendían mal; en esta no se encuentra nada de esto, las frases todas tienen sentido.

En esta novela lo que prima, en mi opinión, son los primeros amores de adolescencia. La huella que nos dejan, si han sido malos como nos vuelven resentidos y desconfiados. Si han sido buenos como nos permiten desarrollarnos en otras facetas de nuestra vida, a parte de no sentirnos tan desgraciado.

Por otra parte también nos hace un retrato de como son las sociedades nacientes en terrenos vírgenes. Lo dura que es la vida, la lucha por la simple supervivencia, llegando en algunos casos a vivir como animales. No existen grandes planteamientos filosóficos ni sociales, como en las sociedades más antiguas y complejas, sino normas mínimas y lógicas para que no se comieran unos a otros.

En contraposición a esta sociedad, nos descubre la sociedad maorí, donde los valores son absolutamente opuestos. La vida no es una lucha contra la naturaleza intentando arrancarle sus riquezas, sino todo lo contrario. Vivir en armonía con la Naturaleza como madre de todo lo que podemos disfrutar, coger lo que necesitamos realmente para vivir, tanto en alimentos como en vestimenta y vivienda, dejando todo lo demás como está, sin alterarlo. Sin ningún tipo de rivalidad con otros asentamientos maoríes.

Haciendo una comparación entre los dos tipos de sociedades, nos daremos cuenta qué equivocados estamos los occidentales.

Valoración personal: