Reseña Crónicas Vampíricas II: Conflicto, L. J. Smith

Título: Conflicto
Título original: The Struggle
Autor: L. J. Smith
Editorial: Destino
ISBN: 9788408082194
Nº páginas: 200 pags
Precio: 14,96€
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Saga Crónicas Vampíricas
1. Despertar
2. Conflicto
3. Furia
4. Invocación

Sinopsis

Stefan Salvatore, el principal sospechoso del asesinato del profesor de historia, ha desaparecido. Elena está convencida de que no ha sido él pero para probar su inocencia, primero debe encontrarle... Y eso no va a ser fácil si antes no descubre quién se ha apoderado de su diario y lo utiliza para atormentarla; o cómo frenar a Damon, el hermano de Stefan, que la persigue y tiene amenazados a sus seres queridos.

Opinión personal

Los spoilers, si los hay, estarán debidamente indicados.

Después de leer esta segunda entrega de la saga me quedé más satisfecha con la forma que va tomando y con cómo va evolucionando, tanto la historia como los personajes. Me ha gustado bastante más que el anterior libro. Hacia mitad del libro me enganchó de tal manera que me lo leí del tirón. El ritmo es trepidante y hay continuos giros en la historia que te hacen querer seguir leyendo sin parar. En este libro no hay lugar para el aburrimiento ni para descripciones tediosas. La trama se vuelve más compleja, con un argumento más elaborado, más misterios, más escenas de acción y más intriga.

Además, Elena ha madurado como personaje y eso la hace más soportable. No está tan centrada en sí misma y se preocupa más por Stefan y sus amigos. Muestra un lado más desinteresado y humano. Sin embargo, el amor entre ambos no me acaba de convencer y no sé muy bien por qué. Quizá es por Damon, que estoy deseando que aparezca en escena y enrede la situación. Y es que este personaje es mi favorito sin duda alguna. Es solo mencionar su nombre y te dan ganas de seguir leyendo porque sabes que vas a encontrar algo jugoso que ha hecho o que va a hacer. Envuelve la historia de misterio y de acción. Todo se vuelve más oscuro y más interesante cuando está presente. Me fascina como evoluciona la relación de Damon y Elena: los juegos, los engaños y los trucos. Te mantienen pegada al libro deseando que pasen más cosas. En esta parte, Stefan aparece menos y la verdad es que no le echo de menos, en ocasiones me parece hasta un poco soso. Las dos mejores amigas de Elena, Meredith y Bonnie, también han ido desarrollándose como personajes y tienen un papel un poco más relevante en esta entrega. Me encanta la espontaneidad y el dramatismo de Bonnie.

He leído por ahí muchas referencias a Crepúsculo y las posibles coincidencias con dicha saga. En mi opinión, toda coincidencia es accidental. Tanto los personajes, como la trama y el estilo de narración son diferentes. Es cierto que por tratarse de una novela de vampiros en el instituto puede asociarse, pero no encuentro similitudes reales entre una y otra. Esta saga es más directa y para nada edulcorada: los vampiros son como son y la autora no trata de mostrar una bondad excesiva que no tienen. Tengo que reconocer que Crepúsculo me gustó mucho, pero en comparación, es una saga blandita.

El final es de esos que te dejan queriendo más y la autora lo sabe. Se aseguró de que no perdía lectores entre un libro y otro y yo voy a ser una de ellas porque el final me ha dejado absolutamente intrigada y picada con la historia. Me muero por saber más.

Valoración personal:

Citas

Damon sonrió y a continuación apagó la sonrisa instantáneamente.
—Te lo advierto: si le has hecho daño...
—Entonces, ¿qué? —repuso él—. ¿Qué harás, Elena? ¿Qué puedes hacer contra mí?

—Lo has probado todo, y nada te ha satisfecho. Eres la chica que lo tiene todo, pero siempre ha habido algo que ha estado fuera de tu alcance, algo que necesitas desesperadamente y no puedes tener. Eso es lo que te estoy ofreciendo. Poder. Vida eterna. Y sensaciones que no has tenido jamás.

Quiero tocarle. Más que a ningún chico que haya conocido hasta ahora. Y sé que él también  lo quiere, pero se contiene.

Dos heridas diminutas, frescas y abiertas en la piel del cuello.

Había música, aunque se desvanecía a ratos y sonaba lejana. Damon posó la otra mano sobre su cintura, y ella sintió la calidez de sus dedos contra su cuerpo. Levantó un poco el vestido y comenzaron a bailar.

Damon giró bruscamente la cabeza y le sonrió, con una sonrisa lenta y cruel. Giró ligeramente el pomo sin mirarlo. Sus ojos, como charcos de ébano líquido, permanecieron puestos en Elena.
—Tú eliges —dijo.